Hola a todos!!!
Después de mil años, retomo el blog con ganas renovadas y un empuje que hace tiempo que no sentía. Os preguntaréis por qué, o no, aunque me da igual porque lo contaré de todas maneras.
Sí, queridos visitantes del blog, me he metido en un charco del que no sé cómo saldré. Es una nueva novela juvenil, o eso pretendo que sea, a la que quiero dar un enfoque mucho más atrevido y peligroso que de costumbre. Mi media naranja me ha comentado que puede no ser "políticamente correcta", que es arriesgado. Supongo que sí, que lo es, pero visto lo visto, creo que lo mejor para esto de la escritura es seguir tus propios instintos.
Por eso me he puesto unas botas de agua nuevecitas. Si no salgo del charco, al menos podré divertirme dando saltos en él. Os adelanto que en la novela habrá acción, drama, un friki, muchas arañas, retos que superar, una chica que podría participar en una versión más light del programa "Hermano Mayor" (y digo más light, porque un elemento como los que salen en el susodicho programa me iba a resultar muy difícil rehabilitar, que yo no soy Pedro García), qué más... Ah, sí, por supuesto, también habrá amor.
Y un poema. No sé cómo lo incluiré, ni cómo lo haré encajar con la trama, pero me he encontrado con este precioso poema de Pablo Neruda y necesito que esté presente en la historia:
No
te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o
flecha de claveles que propagan el fuego:
te
amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente,
entre la sombra y el alma.
Te
amo como la planta que no florece y lleva
dentro
de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y
gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el
apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te
amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te
amo directamente sin problemas ni orgullo:
así
te amo porque no sé amar de otra manera,
sino
así de este modo en que no soy ni eres,
tan
cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan
cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
Así que nada, deseadme suerte, valor y constancia para terminarla. Y maestría para darle el acabado que imagino y aliento para no desfallecer en el intento... Mucho estoy pidiendo, ¿no?
De momento, me quedo con mis botas nuevas, porque allá voy.
¡Espero que en mi próxima entrada no os tenga que comunicar que el charco se ha secado!